La mandarina híbrida Safor ha tenido mal recorrido en casi todas las ubicaciones donde se ha plantado en la Comunitat Valenciana, al igual que la Garbí. Ambas fueron presentadas en su día en el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) como el no va más de la innovación y del futuro, pero la realidad es que se han quedado en poca cosa por los defectos que les achacan los agricultores locales que se arriesgaron a ponerlas: manchas en los frutos y productividad errática. De hecho un grupo de agricultores asociados en AVA amenazaron con demandar a la Conselleria de Agricultura por aconsejarles mal y pedir indemnizaciones.
Como consecuencia de ello, la Garbí está prácticamente descartada en la actualidad y fuera de circulación; con la Safor, en cambio, mantiene aún cierta esperanza, que se concreta en plantaciones situadas al norte, y ha tenido que ser fuera de la Comunitat Valenciana, concretamente en el municipio catalán de Alcanar (provincia de Tarragona) donde parece que ha encontrado su lugar idóneo para producir con bastante normalidad. También en algunos lugares del norte de Castellón, según técnicos del IVIA.
En una jornada organizada por este centro citrícola en Moncada, el presidente de la cooperativa de Alcanar, Federico Tarazona, narró a los asistentes que allí están bastante contentos con la Safor, porque funciona bien, se la compran comercios marquistas y hay varios agricultores que van a ampliar sus plantaciones o a plantarla de nuevo, sustituyendo a la Clemenules.
No osbtante, la muestra que existe en Alcanar es todavía corta, porque la producción de este año ha sido de sólo 28.000 kilos. Los frutos han presentado poco ‘pitting’, pero aún así los destríos han sido bastante importantes, del orden del 30%. Habrá que esperar a ver el desenlace último en próximos años.
Sin embargo es una de las primeras noticias amables o positivas que recibe el programa de obtención de nuevas variedades del IVIA, y curiosamente, llega de tierras no valencianas. Cabe pensar que esto viene a ratificar el viejo proverbio: nadie es profeta en su tierra.
Más aún si tenemos en cuenta que también desde fuera, y de más lejos aún, de California, llega un gran interés por la clementina Neufina, otra variedad obtenida en el IVIA, por radiación de Clemenules, y que hasta el momento apenas ha triunfado aquí, a pesar de su gran calidad organoléptica. Le achacan los detractores que la forma de los gajos se quedan marcados en la piel de la fruta, con lo que ésta parece poliédrica, en vez de redondeada y lisa.
Vicente Tejedo, del Servicio de Transferencia de Tecnología y Centro de Genómica del IVIA, explicó en dicha jornada que tal defecto que se achaca a la Neufina, en realidad no lo es, puesto que esas marcas externas de los gajos van despareciendo conforme maduran los frutos, hasta quedar una piel perfecta. Y en favor de esta fruta, que conoce bien por experiencia directa como productor, señaló su gran calidad y que se comercializa en enero y primeros de febrero, con lo que puede servir para aligerar la saturación productiva de la Clemenules, que obligadamente se ha de sacar en noviembre y diciembre, y llenar un hueco posterior en el que hay poca clementina en el mercado, antes de entrar en plenitud la campaña de las mandarinas híbridas.
Por la Neufina se ha interesado en concreto el gigante californiano Sunkist, compañía líder en el sector citrícola de Estados Unidos, donde no está patentada esta variedad. Los responsables de Sunkist están convencidos de la gran condición de esta vaeriedad y quieren producirla. Podrían hacerlo libremente, porque la variedad no ha sido patentada en Estados Unidos, pero la empresa californiana quiere que prevalezca la lealtad y la colaboración y no se ha lanzado a multiplicarla porque sí, sino que ha pedido permiso al IVIA y a la Conselleria de Agricultura para poder cultivar allí una cantidad controlada y con el compromiso de no vender nada en Europa.
Por contra, entre los productores valencianos asistentes a la jornada se desató un inusitado interés por disponer cuanto antes de la mandarina híbrida ‘Sugar Belle’, última novedad presentada por Florida que, a parte de sus aparentes condiciones, se ha mostrado hasta ahora como la primera variedad resistente al ‘Greening. Pero esto último, que es de sumo interés y servirá para investigar qué la hace resistente, no es lo que más atrae aquí (el problema se ve ajeno), sino que viene de fuera. Si algo llega de lejos ya se toma por principio como una potencial garantía para triunfar. De momento.
Fuente: Las Provincias